Dos horas es más que suficiente para amar esta ciudad. Increíblemente se ha posicionado en mi top five de ciudades europeas. ¡Sencillamente me encanta! Ya había estado dos veces allí y con más tiempo…
Pero esta vez era diferente, en medio de mi viaje a Cracovia hacía una escala en Liverpool de sólo 3 horas. Llevé conmigo unas casi 5 libras1 que me habían sobrado de viajes anteriores a tierras inglesas y me dije: salgo y me voy a Penny Lane.
El problema se presentaría porque con mi pasaporte argentino tengo que dar explicaciones en frontera, en “control de pasaporte” y explicar por qué quiero entrar al país por sólo un par de horas.
Efectivamente, cuando llegué al aeropuerto de John Lennon, tuve que sacar toda la documentación de pasajes y hoteles de mi viaje a Cracovia y demostrar poco interés en quedarme allí en Liverpool después de visitar Penny Lane. Le dije que mi intención era ir a esa calle, que era fan de los Beatles, que sabía que el bus tardaba sólo 15 minutos, que me sacaría una foto con el cartel, me comería un sandwich y me volveria para continuar con mis planes. El policía que me atendió estaba un poco escéptico y me dijo que creería que no lo lograría, pero aun así, como quien no quiere la cosa y viendo mis ojitos brillosos de ganas de acercarme a los Fav Four, me dejó pasar.
Llena de felicidad, me fui corriendo hasta la plataforma 4 afuera del aeropuerto, para tomarme el colectivo / bus 86A que me llevaría hasta el distrito 18 de Liverpool.
Me acerqué al chofer para preguntarle a dónde me tenía que bajar. De la emoción ni me senté en el bus… quería ver si allá adelante, a lo lejos, identificaba la barbería, el policía, el bombero, la rotonda o simplemente verlos a ellos cuatro montando a caballo por la calle de ese famoso barrio de Liverpool.
Una señora mayor se me acerca y me dice que ella se bajaba en Penny Lane, que la siguiera. Cuando nos bajamos, le dije que me encantaban los Beatles y que tenía para estar ahí sólo un par de horas. Me preguntó si quería desayunar con ella, que estaba yendo a la Iglesia de Saint Barnabas donde se estaba celebrando algo así como un mercadillo benéfico dentro (sí, dentro de la iglesia). Le dije que tenía el dinero suficiente para ir y volver al aeropuerto, pero ella insistió en invitarme.
Cuando entramos en la Iglesia no podía con mi asombro. La iglesia estaba llena de puestitos con libros, pulseras, tartas y muchas pequeñas cosas y manualidades.
La señora me dijo que se llamaba Margaret y que sería su invitada, por lo que me invitó al desayuno: un café con leche y un pastelito. Me presentó también a todas sus amigas contándoles lo poco que sabía de mí: que era de Argentina, que me encantaban los Beatles, que salí del aeropuerto por sólo dos horas, y que luego continuaba viaje a Cracovia… Margaret parecía tener un trofeo entre sus manos…
Una amiga de ella, Dorothy, se acercó a saludarme y me dio de regalo una pulsera lila con flores rosas que aún conservo. No podía más con mi contentura y mi agradecimiento hacia estas señoras.
Conocí a David y Joen, su esposa. Luego a Sue, que era la que nos vendió los pastelitos. Todos me hablaban despacio en inglés para que pudiera entenderles, incluso entre ellos. Por ahí realmente hablaban así. Jeje.
Y luego de tomar calor con mi cafecito, me fui right to the point! A lo que vamos! Salí de la iglesia de Saint Barnabas y allí estaba:
¡Mi Penny Lane!
Luego de caminarme la calle para arriba y para abajo, le pedí a una chica que me sacara una foto con el famoso cartel. Me preguntó de dónde era y luego me dijo: “Enjoy your stay in Liverpool“. No siempre te encontrás con gente que te da la bienvenida a los lugares, me sentía especial.
Con pocas ganas de irme, me tomé el colectivo de vuelta al aeropuerto y en 15 minutos estaba allí: preparada para continuar viaje a Polonia, no sin antes bordear la rotonda donde están tallados en ligustrina los Beatles dedicándome una canción y encontrarme con el mítico Yellow Submarine.
Todo el aeropuerto de Liverpool es un poema a los Beatles: imágenes, frases de sus canciones, una estatua de Lennon… no paraba de mirarlos.
No has contado que sucedió al final con el policía que te observaba escéptico. Podías haberle sacado la lengua al volver, tipo ¿Te creías que no lo iba a conseguir? jajaja Aquí ando leyendo mil post tuyos al mismo tiempo. Suerte en tus viajes 😀
Jajaja… me hiciste reir, Vic! Hubiera estado genial encontrarme al poli a la salida del país también! Como soy yo, está claro que le hubiera dicho algo!
Gracias por leer! Espero encuentres lo que busques 🙂
Beso! Flor
que increiblleee!!!!espero ir a liverpool,solo fui a los estudios de abyee road en londres y a la casa de paul,,cerca de los mismos estudios,,,ya veremos , si en el proximo viaje,,vamos para liverpool..cariños y excelentes post
Siii Jaz! ya había estado antes en Liverpool e incluso en Penny Lane, pero quería volver aprovechando el poquito tiempo de conexión entre vuelos.. Y yo estoy al revés: estuve en Londres varias veces pero aún no fui a cruzar la calle 😉 siempre hay una razón para volver, y sino, nos la inventamos.
Saludos y muchas gracias 🙂