Karakol es la ciudad más importante del lago Issyk-Kul, encontrándose a 12 kms de la costa, en su extremo oriental. Tiene tan solo 75.000 habitantes y su entorno de montañas y el lago es lo que atrae su visita.
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La ciudad de Karakol
Hay que decirlo: Karakol no es una ciudad linda en cuanto a su arquitectura. Situada a los pies de la cordillera de Tian Shan, sus alrededores son muy verdes, pero sus calles amplias y sus edificios de estilo soviético son grises. El mal tiempo que nos tocó tampoco ayudó, pero a pesar de todo sentimos que la ciudad se nos presentaba sin muchos puntos de interés que fotografiar pero auténtica.
Con Juan veíamos las montañas tan cerca, que lo primero que hicimos fue caminar hasta el final del pueblo, donde las calles se terminan, pasando entre casas humildes y miradas curiosas.
Esta ciudad tiene particularidades que se repetirán en muchas otras: una estatua de Lenin con su clásica mano derecha levantada, un orgulloso monumento en honor a los caídos en la Segunda Guerra Mundial, un bazar en el medio de la ciudad y pequeñas mezquitas y alguna iglesia ortodoxa.
La estatua de Lenin se encuentra sobre la calle del mismo nombre, cerca de la Universidad.
El monumento de la Segunda Guerra Mundial lo encontramos de casualidad mientras caminábamos hacia el final del pueblo, en un gran parque que hay a las afueras.
El bazar nos resultó bastante peculiar, todos los negocios se encontraban dentro de contenedores dispuestos uno al lado del otro. Es menos colorido que muchos otros bazares que hemos visto, pero llamativo en cuanto a su estructura.
La Mezquita Dungan es de 1910, pequeña y hay que pagar entrada para visitarla. Sobrevivió a los destrozos religiosos producidos por la Revolución Bolchevique. Nosotros no entramos.
Sí que entramos en la iglesia de la Santísima Trinidad, también pequeñita, de madera y con colores gastados de finales del siglo XIX.
El mercado de animales de Karakol
Hemos logrado que nuestra visita a Karakol coincidiera con el afamado Mercado de Animales, de los más grandes e importantes que se celebran en Kirguistán cada domingo por la mañana, de 6 a 9.
Este mercado podría asimilarse a una especie de “La Rural” de Argentina, un sitio donde se comercializan ganado y algunos artículos útiles para el campo.
Las zonas están delimitadas por los mismos ganaderos. Hay corredores donde se compran y venden ovejas, y otro espacio más amplio donde están los caballos y vacas. Aquí lo que nos llamó la atención fueron los culos de las ovejas, son enormes. No habíamos visto cosa igual.
La gente trae y se lleva a los animales con lo que puede, muchas veces en carritos tirados por camionetas y muchas otras en el baúl de su clásico automóvil ruso Lada.
Al pasear entre tanto barro y animales, disfrutamos también de la gente del lugar, que nos paraban para que les saquemos alguna foto y captar a algún señor con el gorro típico de Kirguistán en acción.
Los Siete Toros de Jeti-Öghüz
Visitamos los Siete Toros, Seven Bulls en inglés, que se encuentra muy cerca de un pueblo que se llama Jeti-Öghüz. Para realizar los primeros 20 kilómetros desde Karakol hasta este pueblo, fuimos hasta una de las esquinas del bazar desde donde salen las marshrutkas y los taxis compartidos. Nuestra intención era tomarnos la marshrutka 355 o 371, pero como no había tanta gente no salían. Nos fuimos por casi el mismo precio en taxi compartido, 35 soms por persona (0,50 €) y luego, para hacer los 11 kilómetros que restaban desde el Jeti-Öghüz hasta Korort, nos tomamos un taxi hasta donde finaliza la ruta por 100 soms total (1,50 €).
Los Siete Toros es una formación rocosa de color rojo. No es tan grande pero sí que muy linda, sobre todo por su contraste con el verde del campo. Se pueden ver desde la misma ruta donde nos dejó el taxi o, mejor aún, subiendo por detrás del restaurante a un camino desde donde se puede tener unas vistas panorámicas a los Siete Toros y al Valle de los Dragones, que son las mismas formaciones rocosas, pero con una forma distinta que se extienden a lo largo de un pequeño valle.
Antes de llegar a Korort, se puede ver el Corazón Roto, que es una parte de los Siete Toros que claramente se abre en dos, habiendo pinos en su interior.
Con más tiempo, dado que se trata de un trekking de 4 horas ida y vuelta, se puede ir al Valle de las Flores (Kök-Jaiyk).
A la vuelta, decidimos caminar para ver el Corazón Roto y algunos paisajes bonitos que vimos desde el taxi, pero no pasó mucho tiempo hasta que dos muchachos de Bishkek se ofrecieron a llevarnos hasta un cruce de ruta. Allí caminamos otro poco, hasta que decidimos hacer dedo y esta vez nos paró una señora que nos llevó hasta el hotel.
Datos útiles para viajar a Karakol
Resumen de cosas que ver en Karakol
★ En la ciudad hay poco para ver, pero intenta encontrar la estatua de Lenin, la Iglesia de la Santísima Trinidad y la Mezquita Dungan. Además tiene un bazar bastante peculiar.
★ El Mercado de Animales, los domingos al mediodía.
★ Los Siete Toros en el pueblo de Jeti-Öghüz.
Alojamiento en Karakol
Nos alojamos en el Hotel Altamira, un hotel moderno con instalaciones completas para todos los gustos.
Su ubicación es privilegiada, sobre la avenida principal de entrada a la ciudad de Karakol, por lo tanto, bien céntrico. A pocos metros de la mezquita Dungan, del bazar y las principales tiendas.
Nuestra habitación era luminosa y cómoda. Se trataba de una suite, es decir, constaba de una sala con cómodos sillones y mesa ratona, a la vez que estaba equipada con televisor de pantalla plana y la habitación estaba aparte.
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El desayuno era muy completo, estilo buffet pero con ingredientes caseros, como tartas, mermeladas y pan del día. Por la tarde también podías disponer de té, café y algunas masas. El desayunador ha sido también un sitio donde hemos pasado tiempo trabajando con el blog.
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La atención por parte de Julia fue excelente, y ya se cruzarán también con su niña que es una futura artista, verán sus obras por doquier.
Servicios:
☑ Wifi gratuito en todo el establecimiento
☑ Parking gratuito
☑ Recepción 24 hs.
☑ Café, té y algunas masas y galletitas disponibles todo el día.
Datos de contacto:
➔ Página web: http://www.altamira.kg/
Llegar a Karakol
Kadji Sai a Karakol – 120 kms – 1:30 hs (a dedo)
Viajamos a Karakol desde Kadji Sai, donde no es frecuente que pase mucho transporte público, dado que nos encontrábamos en la ruta sur del lago; normalmente en la ruta norte hay más frecuencia. Si bien fuimos con la intención de esperar a alguna marshrutka que viniera desde Bokonbayevo, un pueblo cercano a Kadji Sai, al final le hicimos dedo al primer coche que pasó y éste nos llevó hasta la puerta del hotel. Se trataba de una familia de Bishkek que estaba de visita en Karakol. Viajaban el padre y la madre con la bebé detrás.
De haber venido la marshrutka, nos hubiera salido unos 100 soms cada uno.
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